A Sweet Dream | Capitulo 4 | Enredos

Nada mas llegar a casa de Katt, me dí cuenta que sus padres no estaban, y su mirada ya me lo decía todo. Están de viaje. Sus padres, siempre estaban de viajes de negocios, claro esta, que eran viajes por separado, y Katt siempre se preguntaba, si lo hacían realmente por trabajo, o si tendrían algún amante, aunque nunca se atrevía a preguntárselo a sus padres, pero ella sabía que algún día sus padres irían ante ella para anunciarle que se divorciarian, y para ella no sería una sorpresa. Su casa era grande, un ático de dos pisos, por decirlo de otra forma 2 o 3 veces mas grande que mi casa, pero la mitad de aquel espacio ni se usaba. La mitad del segundo piso, era la habitación de Katt, la cual tenía baño propio y una pedazo terraza tan grande como mi propia habitación. Nada mas entrar en aquella gran habitación, después de haber subido aquel corto tramo de escaleras --que para mis pues fue una tortura--, me quité los zapatos.
Dios que gusto!
Sentí un dolor tremendo en mis pies, y sape que Katt se sentía igual  porque había hecho lo mismo y tambien había murmurado lo que yo pensé, ante aquello reí. Al ver su cama la tentación me venció, lancé el bolso contra la mesa --aunque para mi mala suerte cayó al suelo-- y comencé a caminar hacía aquella gran cama doble, la cual era tan ancha que podríamos caber 3 personas como nosotras e incluso cuatro. Necesitaba ducharme, desmaquillarme, meter los pies en agua y ponerme mi camiseta larga que uso de pijama, pero los ojos me vencían, y sin preambulos me deje caer de cara en la cama, mientras escuchaba con Katt me decía que durmiera tranquilamente, que lo necesitaba, que me olvidara de todo y descansara durante horas, justo antes de meterse en el baño, probablemente a darse un largo baño.

Aquella noche soñé con helados de vainilla y con chocolate fundido ...

Al despertarme, sentía la boca empalagosa, y al darme cuenta de eso miré la almohada. Mierda. Hacía tanto que no babeaba en una almohada, que me sentía avergonzada por haberlo hecho sobre una almohada que no era mía. Me senté sobre aquella gran cama donde había pasado una larga noche absolutamente relajada, cuando me quise dar cuenta  Katt se esta despertando, al despertarse, se inclinó hacía delante, mientras se frotaba los ojos, me miró y chilló y yo me asusté.
- ¿Que sucede?- Pregunté mientras me frotaba los oídos por aquel grito tan agudo que deja sordo a cualquiera
- ¿Que te a pasado?- Preguntó, la miré confusa- Tienes.... Tienes.. una cara!- dijo mientras comenzaba a mofarse de mi, acabando tumbada en su cama sin poder para de reir.
Ante lo que acababa de decir, decidí levantarme y dirigirme hacía su gran y bonito baño, al girarme para mirarme al espejo después de cerrar la puerta, grité nada mas verme reflejada.
- ¡Por el amor de dios!- mascullé mientras me observaba bien la cara- ¿esa de verdad soy yo?- pregunté para mi misma.
Me observaba intrigada en mi reflejo, tenía todo el maquillaje corrido por mi cara, y parecía que tenía marcas de lagrimas. ¿He llorado mientras dormía?. Ademas de aquello el pintalabios estaba todo corrido por mis mejillas, por lo cual, probablemente, la almohada de la cama tendría que estar hecha un adefesio. Tenía unos pelos horribles, los cuales no estaba dispuesta a peinar porque me haría daño a mi misma, y  me daban ganas de coger unas tijera y cortarlo, suspiré, pero lo peor de todo es que ¡aun tenía babas secas en mi barbilla!. A pesar de haber dormido de un tirón, y ahora de estar absolutamente relajada y con las pilas puestas, tenía una cara horriblemente fea, como si me acabaran de dar una paliza, o como si me hubiera levantado con una resaca del quince. Me dirijí a la puerta y la abrí.
-Katt ¿Qué hora es?- pregunté
- Las 2 del mediodía- me respondió mirando el reloj de su mesilla- Por cierto- dijo mirando a su almohada- Se ve que as pasado una noche muy besucona eee- bromeó- buenos mal que yo no estaba cerca que si no era yo la que acababa como la almohada- ríe
- Ya quisieras tu levantarte como la almohada- bromeé
- Siiiiii- dijo con tono irónico- Babeada y con pintalabios esparcido por mi cara
Reí ante su comentario
- Por cierto, Me voy a apropiar de tu baño durante un buen rato- la informé- Necesito una ...
- Buena ducha- dijo interrumpiéndome pero acabando mi frase- o mejor, un buen baño, con burbujas y sales de baño
- Buff que tentador- dije sonriendo- Luego si te quedas sin tus sales de baño no es mi culpa- bromeé y cierré la puerta.

Al estar dentro sola, abrí el grifo de agua caliente y puse el tapón de la bañera. Me desnudé,y me metí en la ducha, sintiendo como mi cuerpo poco a poco se relaja ante el agua templada, mientras que a la vez se llena la bañera.. Cierré los ojos, y intenté recordar mi sueño, aunque solo recordaba el leve olor a vainilla y el sabor a chocolate, no recordaba nada mas... era extraño, casi nunca solía soñar con nada. De repente me vino el recuerdo de la noche anterior a mi cabeza, y sientia como mi pecho se oprimía ante mis pensamientos, sintiendo un tremendo dolor. Me sumergí bajo el agua, cuando sienta que mis lagrimas están apunto de brotar por mis ojos. No soportaba esa sensación. La opresión en mi pecho era demasiado dolorosa. Bajo el agua, me froté la cara con una esponja con la fuerza suficiente para deshacerme de aquella capa de maquillaje toda mezclada entre si. Al salir de nuevo a la superficie del agua, cierré el grifo para que no se llenara mas, y cogí el gel, al abrirlo, desprendió un intenso olor a vainilla  que me invadió y me di cuenta de porque había soñado con el helado de vainilla, porque Katt después de ducharse, cuando yo ya estaba dormida, ella desprendía un intenso olor a vainilla...

Al acabar y salir del baño con una toalla que rodea mi cuerpo, me dirigí hacía el armario de Katt, con la intención de coger algo de su ropa para usar, ya que ni de casualidad iba a ponerme yo de nuevo el vestido de la noche anterior. Observando toda aquella montaña de ropa bien ordenada en su armario, me decidí por unos pantalones que me quedan perfectos, gracias a que a Katt le quedan grandes, y por una camiseta grande, de color roja y blanca, que parecía ser de chico, me la puse y acerté por lo grande que me valía. Al salir me dirigí hacía donde está Katt y nada mas mirarme pregunté:
- ¿De algún novio?- dije refiriéndome a la camiseta
- No- niego la cabeza- De mi primo
- Pues tiene buen gusto para la ropa, me gusta la camiseta- sonreí
- & te queda bien- sonrió- le diré lo que me as dicho, le encantará
Reí ante lo  que acababa de decir, y la expresión de su cara cambia por completo
- ¿Pasa algo?- Pregunté
- Ademas de que a llamado Eric unas 5 veces para saber si estabas bien, y tu madre dos, para asegurarse de que estábamos conscientes nada mas- dijo aun seria
- ¿Entonces?
- Sabes que soy curiosa, y te quiero y me preocupo por ti- yo asentí la cabeza- De tu bolso se a caído esto- señaló un papel, lo miré intrigada ya que no tenía la menor idea de que era- Por tu mirada no sabes lo que es- negué con la cabeza- Pues como ya te e dicho soy curiosa, lo iba a tirar cuando me e dado cuenta de que había algo escrito- asentí- & es una hora y un lugar, para un encuentro- la miré confusa- Es de ese tal Ace- dije. Por poco me caí al suelo, al sentir que mis rodillas temblaban por escuchar su nombre, después de lo de la noche anterior, recordarlo me hacía sentir débil, y no quería ni tenía ganas de hablar de ello. - Se que no es buena idea ir- continuó- Pero se que estas dolida y mucho, pero alomejor todo tiene una explicación y te la quiere explicar- murmuró. Yo, no sabía que responder - Por supuesto no te dejaría ir sola.- dijo acabando lo que tenía que decir.

No sabía que decir, siguia sentada en el suelo, pensando en lo que me a dicho ¿Realmente tiene una explicación que el chico del que estoy loca y apasionadamente enamorada no me recuerde?. No sabía si ir, por mi mente se repetia una y otra vez ¿ire? ¿no iré?. Tenía un lio mental tremendo. Cuando por fin mi mente se relajó, me puse de pie lentamente.

-¿Iras?- me preguntó curiosa
- ¿Iré?- susurré para mi misma, dudando entre si seguir a mi corazón que desea ir, o si seguir a mi mente que me dice que no debo ir.

...

- ¡Por dios Katt ! no se que hacer- me quejé, sentándome en el borde de su cama- ¿Qué hago? ¿Voy? y si voy, ¿qué hago? ¿le grito? ¿le dejo que se explique? ¿le pego un buen bofetón? - dije dejando salir la mala uva española que tenía- ¡Me dolió lo de concierto! ¿Y ahora quiere citarse conmigo? tendrá morro el tío- murmuré, estaba contrariada, no tenía ni la mas mínima idea de que hacer, quería ir escucharle, abrazarle y besarle, pero a la vez quería dejarlo bien claro que me apreciaba a mi misma y que se metiera su explicaciones por donde le cupiera, estaba dolida, enfadada, triste y confusa
-Haber Mia, ¡Por dios! cállate ya de una santa vez- exigió Katt- todo es difícil, complicado, lose ¿vale?- Asentí- ahora respira, inspira, expira, inspira, expira, inspira, expi...
- ¡Por dios Katt que no estoy de parto!- le corté
- Pues parece que los estás, haber, respondeme sinceramente, si tuvieras a Ace, ahora mismo, ¿qué harías?
- Pegarle donde mas le duela para que sufra el mismo dolor que me a causado- dije absolutamente segura
- Si haces eso, con tu mala uva, amiga mia, le dejarás sin descendencia- dijo irónicamente
- Dios Katt, no estoy para chistes ¿vale?
- Vale, vale, que te parece si voy yo por ti- dijo- así no le privarás de su descendencia, iré de tu parte le exigiré y le insultaré diciendole y preguntandole de todo, por tu parte
- ¿De verdad lo harías?- pregunté intentando no llorar
- Por ti, iría hasta el fin del mundo
- Katt te quiero- la abracé
- Y yo a ti, aunque no e cambiado de bando e- dijo en broma
- Yo tampoco, pero igual te quiero- dije con una sonrrisa, feliz- Sabes que para mi eres mi mejor amiga, mi hermana, mi confidente y probablemente en algún futuro mi cuñada- añadí con picardía

Katt rió y volvió a abrazarme. Después de haber comido a la 4pm, un buen bocata de jamón íberico del bueno, el cual no tardamos mas de 10 minutos en engullirlo entero por lo hambrientas que estábamos, decidimos prepararnos, ella para ir al lugar de la citación de Ace y yo, para irme a mi casa a esperar la llamada de Katt para contarme lo ocurrido. Al cabo de media hora ya estaba entrando por mi portal cuando recibí un mensaje, con la esperanza de que fuera de Katt, pero no era de ella si no de mi hermano Leo "Hermanita me a dicho mama y papa que te diga que se van a cenar fuera, Tai se queda a dormir a casa de un amigo y yo también me iré, así que no hay nadie en casa" suspiré, sola, hasta a saber que hora, que mis padres salieran a cenar fuera implicaba que iban a pasar toda la tarde a saber donde, que mi hermano Leo se fuera significaba que volvería de madrugada y que Tai se hubiera ido, significaba que iba a pasar una tarde divertida con alguno de sus amigos, mientras yo no tenía nada que hacer. Entré al ascensor y estaba apunto de pulsar el botón del sexto piso, mi piso, pero me acordé de Eric y con la esperanza de que estuviera le dí al cuarto. Al llegar llamé al timbre, una, dos, tres, veces, nadie respondía - mierda- pensé, tampoco quería estar en mi casa sola, por lo que bajé a la planta baja y salí de nuevo a la calle, era domingo por la tarde y había poca gente, estaba segura de que media ciudad se estaría echando una siesta o viendo alguna película en su casa, pero yo no, yo no podía estar quieta sin hacer nada dejando que mi mente fluyera en mala ideas y malos pensamientos, estaba demasiado nerviosa y tenía que distraerme, así que lo primero que hice fue cruzar la calle y comprarme unos ganchitos de esos naranjas para comer algo y una coca cola zero y comencé a caminar por la calle, sin rumbo y sin saber con exactitud hacía donde ir. En mi mente recorrían ideas y recuerdos, pensaba en todo lo ocurrido y si debía olvidarme de aquel chico del que me enamoré aunque eso me destrozará aun mas todavía, y sobre mi examen dentro de unos días, - dios el examen- pensé, se me había olvidado por completo por lo que tendría que ponerme a estudiar está misma noche o mañana como muy tarde, a final de la semana, cuando el puente acababa tenía mi primer examen de muchos otros, la simple idea me mareaba

- Mia!- alguien me llamó a mi espalda

Me giré para averiguar quien era, Eric, justamente la persona que necesitaba, me acerqué a el y le abracé, y el no se negó a aceptarlo, necesitaba mimos y mi mejor amigo era la persona idónea para dármelos mientras me daba pequeñas palmadas en la cabeza como si fuera una niña lo que me hizo gracia, me aparté lentamente de el.

- Gracias
- ¿Por qué?- preguntó sin saber a que me refería
- Porque siempre que necesito un abrazo apareces tu por arte de magia- sonrío
- Magia- rió - ¿Me das?- preguntó señalando los ganchitos, asentí con la cabeza, ambos eramos unos adictos a esta comida tan grasienta- ¿Sabes? estaba preocupado por ti, por lo de ayer, y hoy no respondías a mis llamadas ni tu ni Katt
- A bueno, ademas de dormir súper tarde- dije- y levantarnos súper tarde- sonreí. - estábamos agotadas y teníamos que hablar Katt y yo sobre muchas cosas de ayer y sinceramente no me apetece recordarlo así que Eric, haz algo para distraerme te lo suplico

Me sonrie y me tiende la mano, la cual yo acepto con una sonrisa como la suya

- Pues vamonos- murmuró mientras tiraba de mí y comenzaba a correr calle arriba en dirección al metro

Continuará 

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