Be Strong | Capitulo 1 | Parte 2

IAN

El día había comenzado de forma normal. Todo lo normal que podía ser ahora.

Las cosas a mí alrededor seguían siendo las mismas, mi habitación, mi casa, mi ciudad, mis amigos... todo, pero de alguna forma todo parecía diferente... ¿Cuanto podía cambiar la vida de uno en tan solo dos meses?... Los peores meses de mi vida. Todo había cambiado. Ya no me sentía bien actuando como el viejo Ian, ya no era ese Ian. ¿Como mi forma de ver las cosas podía haber llegado a cambiar tanto?.

Era confuso.

Cuando pasé por la cocina vi a mi padre bebiendo su café, igual que cada día durante toda mi vida, pero se sentía diferente. Faltaba algo. Faltaba él. Su sonrisa cuando mi padre le hacía tortitas todos los lunes para empezar bien la semana. Sus quejas cuando pasaba la mano por su cabeza para despeinar su pelo... Todo era ausencia. Se sentía como si hubiera un gran agujero dejado por él que lo absorbe todo y nos deja un gran hueco.

Agarré una manzana, ya que no tenía hambre ni ganas de desayunar. Murmuré un adiós a mi padre y me fui a clases.

Si soy sincero, la idea de comenzar de nuevo las clases me daban nauseas. No quería que me hablaran, no quería que me dijeran que lo sentía, o que entendían como me sentía porque era mentira. Y tampoco quería sonreír fingiendo que estaba bien y que lo había superado, porque no era así.

Llegué de los primeros, quería silencio, no me gustaba cruzar con todos los alumnos del instituto que sabían quien era yo. O al menos la simple idea ahora me aterraba. Antes me gustaba la atención, la sensación de que te conocían y querían ser tu amigo sencillamente porque te veían interesante, Pero ¿ahora?... la simple idea me desagradaba. Subí los escalones de dos es dos hasta la tercera planta, donde busque mi clase y me senté en una esquina en la última fila. Me puse los cascos y me aislé del mundo cerrando los ojos.

Los minutos pasaron, y aunque escuchaba música sentía como la clase se iba llenando de gente. Sabía que algunos querían acercarse a mí, pero no podía enfrentar a nadie que mencionará algo lo suficientemente delicado. Básicamente no había permitido desde lo ocurrido que nadie me mencionará sobre ello, no era capaz de soportarlo. Algunas veces reaccionaba con ira, rabia o tristeza ... pero nunca con indiferencia. No podía, algo dentro de mí se rompía siempre que pensaba en ello. un vació en lo más profundo de mí que se tragaba al antiguo Ian para dejar una simple cascara de lo que una vez fui.

Cuando pensé que no iba a pasar nada sentí una mano sobre mi hombro. Respiré profundamente y alzo la mirada. Me encontré con la cara de mi mejor amigo, mirándome fijamente. Con lentitud me quité los cascos.

- Me alegro de verte- me dijo, asentí la cabeza- ¿Como te va?
- ¿Como crees? - enarqué las cejas y crucé los brazos sobre mi pecho.
- Lo siento tio.

No quería que lo mencionara, realmente no quería. En aquel momento fue como si el resto de compañeros lo toman como una señal para acercarse a mí y darme las condolencias. Y me daba rabia, aunque puede que fuero injusto de mi parte, pero no estaba preparado... ni la mitad de ellos lo conocían, no podían sentirlo. Minutos después seguían hablando sobre lo mismo, intentando sonsacar información sobre lo que ocurrió ya que nadie sabía los detalles. No lo soportaba. Me levanté de golpe, gruñendo y viendo rojo. Salí con rapidez de la clase, cruzándome con el profesor que me llamó, pero lo ignoré. Necesitaba aire y nadie va a impedirme ir a la calle o al patio.

Crucé el pasillo casi corriendo hacía la escalera, cuando no la vi y choqué contra ella. Todo pasó rápido. Primero unos papeles cayeron, y por el choque ella caía hacía atrás, la agarré, pero era algo tarde, por lo que nos empujó a ambos hacía abajo. Haciendo un giro extraño la agarré de la cintura tirando de nosotros hacía la barandilla. Rodando de costado hasta acabar tumbados sobre las escaleras. La verdad es que fue doloroso.

Abrí los ojos para ver una cara malditamente conocida pero con un aspecto tan diferente que era radical. No moví ningún musculo de mi cuerpo, o al menos lo intenté. La postura era dolorosa, pero ella parecía estar asimilando la caída, cuando poco a poco parecía ser consciente de sus extremidades. Abrió los ojos con lentitud, aquellos ojos cristalinos me confirmaron quien era, pero se me hacia imposible de creer. No parecía ella.

Me aparté con lentitud de su cuerpo, primero quitando mi mano derecha de la barandilla, para poder alejarme, separé mi cuerpo, que parecía encajar contra el de ella. Ella levantó la cabeza de mi brazo y soltó mi camiseta, la cual bueno, quedó algo dada de sí, pero no me importaba. Se incorporó casi al mismo tiempo que yo, hasta acabar sentados sobre la escalera.

- ¿Estás bien? - le pregunté
- Podrías mirar por donde vas ¿sabes?- dijo casi con un gruñido, al mismo tiempo que se levantaba.
- Si, lo sé, lo siento- También me levanté, y vi como como se encogía de dolor. - Deja que te acompañe a la enfermería- intenté agarrarla del brazo.
- ¡No!- casi gritó, me sorprendió, no la recordaba - No me toques- apartó el brazo fuera de mi alcance
- De nuevo, lo siento

Me fulminó con la mirada, o bueno al menos lo intentó, parecía estar aguantando las ganas de llorar. Realmente estaba dolorida. En ese momento me fije más en su cara, era la misma, pero al mismo tiempo era diferente. En ese momento fue cuando vi la sangre en su labio. La garré de la barbilla para mirarla más de cerca y pude ver como intentaba apartarse.

- Estás sangrando - la informé cuando logró alejarse de mi.

Comenzó a subir les escaleras, en ese momento fue cuando vi que pretendía agacharse para recoger los papeles, pero lo hacía con lentitud. Me acerqué antes que ella y los recogí por ella. Se los entregué.

- Realmente deberías ir a la enfermería.
- Y tu no deberías tirar a gente por las escaleras- murmuró mientras se alejaba de mí.