Me despierto al escuchar la graba del suelo cuando Tanque frena el 4x4. Abro los ojos lentamente, y suspiro. Es de noche, y no estoy segura de cuanto abre dormido, pero no me importa mucho. Miro por las ventanillas y suspiro. La verdad es que el lugar me recuerda a alguna película de miedo, y al mismo tiempo una a una película de gente rica. La casa se encuentra al final de lo que parece una urbanización en la cual todas las casas son iguales, Jardín delantero, entrada a un pequeño garaje, una casa de dos pisos y vayas que separan las casas unas de otras. Suspiro y me quito los cascos al darme cuenta que Tanque a salido y está llamando a la casa.
Me quedo quieta, observando a través del cristal lo que sucede, aun no me siento con ganas del bajar del coche, sinceramente. Veo como se abre la puerta y una mujer, un poco mas joven que Tanque salir y abrazarle. Deduzco que es su hermana. Tanque se gira y mira en mi dirección. Estoy segura de que sabe que los estoy observando, ya que hace una señal con la mano para que salga. Guardo los cascos en la mochila que traje, me pongo la capucha de la sudadera - aunque no me haga falta-, abro la puerta y salgo lentamente. No voy a mentir, subir o bajar cosas con altura hace que me tire la cicatriz, por lo que lo tengo que hacer con cuidado. Cuando ya e pisado tierra firme cierro la puerta y comienzo a caminar hacía Tanque, pero no antes de echar un vistazo a la casa, en ese momento es cuando veo una silueta en una ventana del piso superior. Decido ignorarla y sigo mi camino.
La mujer junto a Tanque tiene una gran sonrisa. Se me acerca para encontrarse a mitad de camino conmigo, me coge de las manos y sonrrie aun más.
- Marvin nos ha contado mucho sobre ti y lamento lo que te pasó, espero que el tiempo que estés con nosotros estés a gusto. Me llamo Lara.
- Muchas gracias- sonrio, parece ser que la sonrisa de Lara es contagiosa- Alex - digo y frunzo el ceño- Bueno, Alexa ahora
- Un placer cariño, y bueno ahora supongo que seré la Tía Lara- se encoge de hombros y se ríe levemente
- Si bueno, procuraré que no se me olvide.
Asiente la cabeza y se separa de mí para acercarse a Marvin. Hablan de algo, y para darles intimidad a lo que sea que estén hablando vuelvo hacía el coche, abro el gran maletero, y se que no tengo que coger peso, porque básicamente no puedo, pero no voy a dejar que nadie a parte de mí toque mi guitarra. Es mi pertenencia más importante que poseo. La agarro con cuidado y la saco, justo en el momento en el que la puerta principal se abre y salen dos chicas. Una es una niña pequeña que se agarra a la cintura de Marvin y la otra es solo unos años más joven que yo, que me mira con unos ojos brillantes y en ese momento sé que a ella le gusta la música. Cuando me acercó a ellos, Tanque intenta agarrar mi guitarra pero niego con la cabeza, ni a el le dejo tocarla. Me acerco a las chicas.
- Hola.- digo lo más agradable que puedo.
La más pequeña me mira fijamente, teniendo el las cejas fruncidas casi pareciendo bizca. Me rio levemente y me inclino hacía ella, a pesar del dolor de la cicatriz. Pongo un dedo entre sus cejas y veo como ambos ojos intentan mirar al lugar en el que puse el dedo. Deslizo el dedo a lo largo de la nariz, hasta la punta, aun teniendo los ojos bizcos y decido optar por hacer lo que me hacían de pequeña, robarle la nariz. Cuando se da cuenta de ello se rie y se acerca para abrazarme, pero en la postura en la que me encuentro, y el que no puedo ponerme recta con rapidez, me tira al suelo, haciendo que mi capucha caiga hacía atrás y un quejido de dolor salga de lo más profundo de mis pulmones. En ese momento sé que no puedo levantarme sin ayuda.
La niña me mira preocupada por lo que la sonrrio lo mejor que puedo mientras al mismo tiempo murmuro, medio gruño.
- ¡Tanque!
Con una mano detrás en el suelo, y la otra donde la cicatriz poco más puedo hacer, y es una mierda, me siento indefensa. De repente soy levantada por unos brazos desconocidos. Cuando ya estoy de pie, y consigo ponerme recta me volteo para dar las gracias al desconocido y me encuentro con los ojos más verdes que e visto en la vida. Me deja sin aliento. Murmuro un gracias al mismo tiempo que me separo de él y busco con la mirada que se acerca a mí preocupado.
- ¿Estás bien? - me pregunta preocupado
- Si, solo me caí y no podía levantarme- murmuro, aun me dolía pero no quería que sintieran más lastima de la que probablemente sentían. - Pero ya me han ayudado- añado
- Bien- Tanque mira al joven de ojos verdes- Gracias sobrino- el de ojos verdes asiente la cabeza. Pero aparto la mirada de él y miro a Tanque- Bueno están todos aquí así que te los presentaré. La más joven es Mila, tiene seis años- Me sonrrie - la de ahí es Nicole, pero prefiere hacerse llamar Nikki, es dos años menor que tú. La cual por cierto, le encanta tu música- Se que se muere por hablarme, pero supongo que por educación lo hará más tarde- Y el que te a ayudado hace poco- me señala al de ojos verdes - es Noah, tiene tu misma edad- siente la cabeza en señal de saludo- Y bueno chicos, está es Alexa y por razones que vuestra madre ya os habrá contado, a partir de ahora se quedará con vosotros, pero bajo ninguna circunstancia tenéis que hacer referencia a quien es en realidad, si alguien pregunta es mi hija y a venido a pasar las vacaciones con vosotros.
- Marvin nos ha contado mucho sobre ti y lamento lo que te pasó, espero que el tiempo que estés con nosotros estés a gusto. Me llamo Lara.
- Muchas gracias- sonrio, parece ser que la sonrisa de Lara es contagiosa- Alex - digo y frunzo el ceño- Bueno, Alexa ahora
- Un placer cariño, y bueno ahora supongo que seré la Tía Lara- se encoge de hombros y se ríe levemente
- Si bueno, procuraré que no se me olvide.
Asiente la cabeza y se separa de mí para acercarse a Marvin. Hablan de algo, y para darles intimidad a lo que sea que estén hablando vuelvo hacía el coche, abro el gran maletero, y se que no tengo que coger peso, porque básicamente no puedo, pero no voy a dejar que nadie a parte de mí toque mi guitarra. Es mi pertenencia más importante que poseo. La agarro con cuidado y la saco, justo en el momento en el que la puerta principal se abre y salen dos chicas. Una es una niña pequeña que se agarra a la cintura de Marvin y la otra es solo unos años más joven que yo, que me mira con unos ojos brillantes y en ese momento sé que a ella le gusta la música. Cuando me acercó a ellos, Tanque intenta agarrar mi guitarra pero niego con la cabeza, ni a el le dejo tocarla. Me acerco a las chicas.
- Hola.- digo lo más agradable que puedo.
La más pequeña me mira fijamente, teniendo el las cejas fruncidas casi pareciendo bizca. Me rio levemente y me inclino hacía ella, a pesar del dolor de la cicatriz. Pongo un dedo entre sus cejas y veo como ambos ojos intentan mirar al lugar en el que puse el dedo. Deslizo el dedo a lo largo de la nariz, hasta la punta, aun teniendo los ojos bizcos y decido optar por hacer lo que me hacían de pequeña, robarle la nariz. Cuando se da cuenta de ello se rie y se acerca para abrazarme, pero en la postura en la que me encuentro, y el que no puedo ponerme recta con rapidez, me tira al suelo, haciendo que mi capucha caiga hacía atrás y un quejido de dolor salga de lo más profundo de mis pulmones. En ese momento sé que no puedo levantarme sin ayuda.
La niña me mira preocupada por lo que la sonrrio lo mejor que puedo mientras al mismo tiempo murmuro, medio gruño.
- ¡Tanque!
Con una mano detrás en el suelo, y la otra donde la cicatriz poco más puedo hacer, y es una mierda, me siento indefensa. De repente soy levantada por unos brazos desconocidos. Cuando ya estoy de pie, y consigo ponerme recta me volteo para dar las gracias al desconocido y me encuentro con los ojos más verdes que e visto en la vida. Me deja sin aliento. Murmuro un gracias al mismo tiempo que me separo de él y busco con la mirada que se acerca a mí preocupado.
- ¿Estás bien? - me pregunta preocupado
- Si, solo me caí y no podía levantarme- murmuro, aun me dolía pero no quería que sintieran más lastima de la que probablemente sentían. - Pero ya me han ayudado- añado
- Bien- Tanque mira al joven de ojos verdes- Gracias sobrino- el de ojos verdes asiente la cabeza. Pero aparto la mirada de él y miro a Tanque- Bueno están todos aquí así que te los presentaré. La más joven es Mila, tiene seis años- Me sonrrie - la de ahí es Nicole, pero prefiere hacerse llamar Nikki, es dos años menor que tú. La cual por cierto, le encanta tu música- Se que se muere por hablarme, pero supongo que por educación lo hará más tarde- Y el que te a ayudado hace poco- me señala al de ojos verdes - es Noah, tiene tu misma edad- siente la cabeza en señal de saludo- Y bueno chicos, está es Alexa y por razones que vuestra madre ya os habrá contado, a partir de ahora se quedará con vosotros, pero bajo ninguna circunstancia tenéis que hacer referencia a quien es en realidad, si alguien pregunta es mi hija y a venido a pasar las vacaciones con vosotros.
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